¿Sí o no al corte de orejas y/o rabo?
Antes de decidirnos si queremos cortarle las orejas y/o rabo a nuestra mascota deberíamos de saber qué implicaría en su vida.
Saber que es un procedimiento quirúrgico con el objetivo puramente estético. No conlleva ninguna ventaja sobre el bienestar de nuestra mascota, ni necesita que se le haga. Es más, como cualquier cirugía implica unos riesgos o problemas secundarios que debemos saber.
La caudectomía (corte de rabo) se realiza en los 7 primeros días de vida, con anestesia local. El corte de orejas se recomienda cuando el animal tiene 8-12 semanas de vida, en esta ocasión sí se realiza bajo anestesia general.
Ambas, como procedimiento quirúrgicos, pueden presentar problemas secundarios, como por ejemplo: en el procedimiento de la anestesia. Desde el momento en que sometemos a nuestro animal a una anestesia , asumimos un riesgo, será diferente según el estado del paciente pero nunca estaremos exentos.
Referente al corte de las orejas, si el corte no está bien realizado pueden quedar lesiones irreversibles (deformidades), saber que como se realiza entre los 2 y 3 meses de edad, esa zona está muy irrigada y con bastante inervación, es decir, la zona sangrará y nuestro animal presentará mucho dolor. El perro intentará rascarse y puede lastimarse, alargando y complicando el cierre de la herida.
En la caudectomía nos arriesgamos a posibles infecciones porque los cachorritos con una semana de vida aún estarán con la madre, que intentará lamerles la herida para limpiársela, y también estará en contacto con orina y heces.
¿Cuál es la función de las orejas y la cola en mi perro?
La cola ayuda al equilibrio de nuestra mascota, pero mucho más importante es la función que realiza junto con las orejas en el lenguaje corporal.
Al amputarle la cola y las orejas a nuestro amigo, limitamos muchísimo su comunicación con los de su especie e incluso con otras.
Cuando nuestro animal siente miedo, pondrá las orejas hacia atrás o incluso pegadas a la cabeza, la cola hacia abajo y/o entre las patas traseras. Si quiere revelar sumisión, las orejas las mantendrá hacia atrás, la cola hacia abajo o moviéndola constantemente. Si está a punto de agredir, sus orejas estarán hacia delante y la cola levantada. Si nos está invitando al juego, tendrá las orejas relajadas o hacia adelante y la cola levantada con mucho movimiento. La dominancia la revelará con las orejas erectas y hacia delante y la cola levantada completamente.
Evidentemente, al amputarle gran parte de la cola en la mayoría de los casos y las orejas, estaremos limitando su movimiento y, con ello, su lenguaje corporal. Ya que no podrá dar las señales necesarias al resto de sus congéneres sobre qué intenciones lleva.
Secundarios
Secundariamente a todo esto, que creo que es bastante importante, están los cortes clandestinos. Existen personas que no pueden permitirse o no quieren gastarse dinero y realizarán ellos mismos las amputaciones, sin estar ni cualificados ni garantizar las condiciones mínimas higiénico sanitarias que pueda tener un centro veterinario. Solo porque el estándar de la raza lo "exige".
A todo esto, también añadir que cuando el corte no queda como les "gusta", el perro puede terminar, en el mejor de los casos, regalado a una familia que no le importa la estética, pero también pueden eutanasiarlos, sacrificarlos o abandonarlos.
Por fortuna, se empieza a estar un poco más concienciados y en algunas regiones y países está prohibida la amputación de orejas y/o rabo, tanto en animales de exposición como de compañía.
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